Hoy
quiero acercarme a algunos de ustedes que puedan estar sufriendo el
profundo dolor de la ruptura de pareja. Muchas veces este momento llega
inevitablemente, sea porque tu pareja decide que su tiempo contigo se
agotó o porque tú sientes que se hace intolerable la vida con él o ella,
entonces tomas un camino diferente antes que sucumbir en una vida de
irrespeto, deslealtad y hostigamiento.
Algunos veces la ruptura te llega de manera inesperada, sorpresiva,
arrasa contigo y con tu mundo emocional. El mundo parece ser totalmente
oscuro y sin alternativas para ti, el único objetivo es recuperar tu
amor perdido. Aclaro que tu situación se hace aún más desesperante si la
relación ha estado asociada con elementos de dependencia emocional (lo
discuteré en otra nota).
El dolor o el proceso de duelo por el amor perdido es sumamente intenso. El duelo comienza con la negación de los hechos, por lo que buscas explicaciones al abandono, luego rabia, seguido por una profunda tristeza.
Muchas veces encuentro que hay resistencia a la aceptación de la ruptura definitiva, por lo que crece la esperanza y las ilusiones basadas en pensamientos irracionales. Lamentablemente, mi experiencia me indica que una vez rota la relación las probabilidades de recuperarla son muy pocas.
El duelo es necesario para asumir el hecho de la pérdida cualquiera que haya sido la razón.
Otras veces, como lo expresa el título de García Marquez, es una muerte anunciada a todos los niveles. Sabes que el final se acerca, se te anuncia, se te advierte. La agonía se te hace eterna en la búsqueda de soluciones a lo que sabes que no las tiene. Creas razonamientos que prolongan aún más los ciclos de dolor: “Esa es su manera de amar”, “Se va a dar cuenta que valgo”, “Todavía me ama un poquito”, etc.
Tratas de conquistar, te humillas, te anulas, haces exactamente lo que el otro desea, sin darte cuenta de que ese dolor es mucho más profundo que el dolor de la propia ruptura. Este amor es enfermizo y podría llevarte a un estado depresivo si no logras romper los ciclos de sufrimiento. ¡Valora la fuerza del amor por ti mismo(a)!
Si algunas de estas situaciones se acerca a lo que estás experimentando en este momento, toma un descanso del dolor y regálate montañas de placer sólo por ser quien eres y por merecértelo. He aquí 2 sugerencias:
Ruptura Inesperada
El dolor o el proceso de duelo por el amor perdido es sumamente intenso. El duelo comienza con la negación de los hechos, por lo que buscas explicaciones al abandono, luego rabia, seguido por una profunda tristeza.
Muchas veces encuentro que hay resistencia a la aceptación de la ruptura definitiva, por lo que crece la esperanza y las ilusiones basadas en pensamientos irracionales. Lamentablemente, mi experiencia me indica que una vez rota la relación las probabilidades de recuperarla son muy pocas.
El duelo es necesario para asumir el hecho de la pérdida cualquiera que haya sido la razón.
Ruptura Anunciada
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Otras veces, como lo expresa el título de García Marquez, es una muerte anunciada a todos los niveles. Sabes que el final se acerca, se te anuncia, se te advierte. La agonía se te hace eterna en la búsqueda de soluciones a lo que sabes que no las tiene. Creas razonamientos que prolongan aún más los ciclos de dolor: “Esa es su manera de amar”, “Se va a dar cuenta que valgo”, “Todavía me ama un poquito”, etc.
Tratas de conquistar, te humillas, te anulas, haces exactamente lo que el otro desea, sin darte cuenta de que ese dolor es mucho más profundo que el dolor de la propia ruptura. Este amor es enfermizo y podría llevarte a un estado depresivo si no logras romper los ciclos de sufrimiento. ¡Valora la fuerza del amor por ti mismo(a)!
Si algunas de estas situaciones se acerca a lo que estás experimentando en este momento, toma un descanso del dolor y regálate montañas de placer sólo por ser quien eres y por merecértelo. He aquí 2 sugerencias:
- Toma 15 minutos del día para ir a solas a tu lugar preferido de la ciudad donde vives. Toma esos 15 minutos en silencio para respirar profundo y estar contigo mismo(a). Concéntrate en tu respiración y en el placer que sientes de estar en ese lugar.
- Escoge una persona (adulto o niño) por la que sientas especial afecto y comparte 30 minutos del día con ella o él, diciéndole cuanto la amas y compartiendo una actividad divertida.